Las estrategias de Carters

De Tribunadeloscabos
Sabedor del rechazo generalizado que le esperaba al paquete económico de 2010, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, intentó convencer a los generales del PRI en la Cámara de Diputados, aun antes de presentar la propuesta ante el Congreso. El jueves 3, reunidos en el Centro Libanés, la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes, Francisco Rojas, Oscar Levin Coppel, David Penchyna, Alberto Cano Vélez y Luis Videgaray, todos diputados federales y encargados de elaborar la propuesta económica del PRI, escucharon al secretario y su equipo de trabajo. De nada sirvió. Una semana después, la fracción del PRI, dio a conocer un documento demoledor, en el que no sólo rechaza el nuevo gravamen --que de pasar, todos los mexicanos deberán pagar, incluso los 60 millones de pobres que hay en el país, pero que gracias a Dios y a los panistas se les regresará “multiplicadito”--, sino que acusa a los autores de incapaces, corruptos y de tratar de engañar al pueblo a través de efectos mediáticos.

Sin embargo, las críticas parecieron no importarle a Carstens y sus secretarios. Así el secretario de Hacienda reunió, a toda la bancada priista. Especial atención le merecieron aquellos diputados de los diez estados donde habrá elecciones para gobernador el próximo año: Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Durango, Aguascalientes, Chihuahua, Tlaxcala, Sinaloa y Zacatecas. La zanahoria para todos es cuando menos 120 mil millones de pesos del presupuesto federal para distribuir entre todos los estados. La propuesta de más dinero a sus estados, a cambio de nuevos impuestos a la población, es la apuesta del secretario de Hacienda.
Aunque, al final, quien abre y cierra la llave para que los recursos negociados con los gobernadores y sus diputados en la Cámara, no es precisamente Agustín Carstens, pues detrás de él se encuentra el expresidente Carlos Salinas de Gortari, quien hábilmente colocó a José António González Anaya en la oficina de los dineros que se reparten a las entidades federativas.

Del otro lado de la banca a convencer están los 71 diputados del PRD. Y aunque su coordinador, Alejandro Encinas, ya ha dicho no al nuevo impuesto. Falta que los diputados de Nueva Izquierda acepten este rechazo. Pero como se sabe, es la fracción del PT la representante de Andrés Manuel López Obrador, y tan sólo Encinas y unos 20 legisladores del PRD comulgan con su proyecto político. De ahí que no es seguro que el resto, aproximadamente 50 diputados, algunos integrantes de la corriente Nueva Izquierda, vayan a votar por el NO a nuevos gravámenes.

A quienes no hace falta convencer es a los 143 legisladores del PAN, quienes hoy hacen lo que tanto cuestionaron a los priistas: decir sí a todo lo que venga de su presidente. Para poder negociar, el PAN ya planea colocar en la presidencia de la Comisión de Hacienda Mario Alberto Becerra Pocoroba, quien, por cierto, encabeza un despacho fiscal que tiene el mismo tinte de Diego Fernández de Cevallos, fue el responsable de la defensa del exdirector de Pemex, el priista Rogelio Montemayor, a quien se acusó de haber desviado mil 500 millones de pesos a través del sindicato de trabajadores de la paraestatal y cuyo destino se pretendía fuera la campaña presidencial de Francisco Labastida.

Como se ve, si Cartens y sus hombres, con Salinas de Gortari a la cabeza, no convencen a los priistas de apoyar los nuevos impuestos en la Cámara, existe una segunda opción: la operación política de Becerra Pocoroba.


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